¿Cansada de establecer normas de comportamiento? Prueba esto en su lugar

Escrito por el Staff de MOPS Internacional, traducido para MOPS Latinoamérica.

¿No te cansas de decir "¡No!" y "¡Deja eso!" a todas las locuras de tus hijos en un día? ¿Alguna vez te preguntas si estás siendo demasiado estricta o no lo suficiente? Los padres tienen una gran cantidad de opiniones cuando se trata de cómo deben comportarse sus hijos. Algunos piensan que mentir es la máxima transgresión, y otros consideran que pegar o faltar al respeto son las peores ofensas. Otros padres no soportan el desorden e insisten en que los niños recojan lo que han ensuciado, mientras que otros son más indulgentes con el desorden en el cuarto de juegos.

Puede resultar abrumador decidir el nivel de tolerancia y las normas familiares. Cuando la modificación de la conducta se vuelva tediosa o desalentadora, prueba invertir la pirámide y empieza por las características que quieres ver en tus hijos. En lugar de comunicar constantemente lo que tu hijo no puede hacer, muéstrale la hermosa cesta de comportamientos que podemos exhibir con la ayuda de Dios: ¡el fruto del Espíritu!

Gálatas 5:22-23 (NVI) "Pero el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley".

Amor

Para los niños, insistir en la importancia del compromiso diario del amor, incluso cuando no tenemos ganas de ser cariñosos. Sí, puede ser una emoción maravillosa y abrumadora llena de abrazos y besos, pero también es una promesa. Si quieres a tu perro, le darás de comer aunque estés cansado, y si quieres a tu hermana, serás amable con ella aunque sientas que no se lo merece. En lugar de prohibir el odio o las palabras feas, puedes premiar las acciones amorosas y promover el comportamiento desinteresado.

Alegría

Hay muchas cosas que hacen que los niños sean alegres, pero la dificultad viene cuando no sienten alegría de forma natural debido a una situación difícil, o simplemente por puro aburrimiento. Concéntrate en permitirles encontrar fuentes de felicidad en cualquier circunstancia. Es una práctica maravillosa para todas, buscar las cosas agradables en lugar de esperar que vengan a nosotras. A lo largo del día, preséntales una actitud alegre o una frase positiva como opción a su comportamiento actual y recompénsalos siempre que elijan la alegría.

Paz

La capacidad de encontrar la calma cuando las cosas no salen como uno quiere es una cualidad que beneficiará a tu hijo de por vida. Los niños pueden practicar la racionalización a una edad temprana. Cuanto más rápido aprendan los niños que mantener la calma y poner paz en una situación lo hace todo más fácil, más rápido podrán tener una mejor comunicación con los padres, las autoridades y los amigos. Busca frases que los niños puedan repetirse a sí mismos para calmarse en una situación, como por ejemplo: Hey ho, ¿qué decimos? Una gran y profunda respiración y estoy bien! y elógialos cuando los oigas usar palabras pacíficas.

Paciencia

Retrasar la gratificación es algo sobre lo que todos podríamos aprender más. Es especialmente difícil para los niños, y hay infinitas oportunidades para practicarla. Saca a relucir esta cualidad cuando tu hijo pequeño esté de mal humor en la cola del supermercado, o esperando a que un amigo termine su turno con un juguete, o a que le arropes por la noche. Intenta avisar con antelación cuando sepas que se acerca una oportunidad para tener paciencia, y trabajen juntos para esperar sin quejarse. Cuando tus hijos sienten que su comportamiento es un esfuerzo conjunto, se crea un vínculo y se obtiene una recompensa.

Amabilidad

La cualidad de ser cariñoso y considerado es una de las más entrañables. Cuando tu hijo sea duro o brusco contigo o con los demás, explícale el valor de esta cualidad sencilla pero inestimable y busca pequeños lugares para practicar y oportunidades para felicitarle por la forma en que muestra su amabilidad con los demás. Pídeles que detecten las veces que tú también eres amable.

Bondad

"Ser bueno" puede ser difícil de explicar a un niño sin que suene demasiado duro. Una forma fácil de hacerlo es hablar de las "buenas decisiones" y las "malas decisiones" y de las consecuencias naturales que conllevan. Otra forma de mantener el ánimo es encontrar lo bueno en el día. Desafíense mutuamente a encontrar lo bueno en cada situación y en cada persona que encuentren.

Fidelidad

Ser constante y comprometerse con las tareas y los objetivos puede ser especialmente difícil para los niños pequeños. Es especialmente importante que los padres lo vivan, ya que la fidelidad se aprende mejor con el ejemplo. Muéstrales cómo somos fieles a la hora de terminar nuestro trabajo en un día, y fieles a los demás cuando mostramos ayuda y amor a nuestra familia y amigos.

Mansedumbre

Aprender a abordar las cosas frustrantes con una manera suave y un cuidado tierno es una maravillosa habilidad para la vida. Todo, desde acariciar a los animales con suavidad, hasta hablar con un tono moderado incluso cuando se está enfadado, puede ayudar a los niños a desarrollar una disposición equilibrada. Modela este comportamiento y felicítalos cuando veas que están siendo deliberados con su gentileza, incluso si todavía tienen un camino que recorrer.

Autocontrol

Esto es particularmente difícil para los niños más pequeños, pero la práctica del autocontrol, o al menos un poco de respuesta retardada, beneficiará a toda su familia, y es una práctica a la que todos pueden unirse. Es importante que los niños vean la longevidad y la importancia del comportamiento que les has exigido, y esto es algo que puedes representar y discutir para que lo entiendan mejor. Habla de cómo te apetece reaccionar ante una determinada situación y luego explícales lo que pasaría si actuaras según cada impulso. Premia el autocontrol siempre que puedas.

Cada vez que introduzcas una nueva característica, asegúrate de explicarle a tu pequeño que estás ahí para apoyarle, y que Dios está ahí para ayudarlos a ambos, porque ninguno de nosotros puede estar lleno del fruto del Espíritu sin mucha ayuda. Busca una página para colorear o una manualidad con el tema del fruto del Espíritu para trabajar, y asegúrate de celebrar cada vez que agregues una buena elección o un atributo positivo al "tazón de frutas" de tu familia.

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