El trabajo que hacemos en secreto

Escrito por Emily Chadwell para MOPS Internacional, traducido para MOPS Latinoamérica.

Las redes sociales llevan el tiempo suficiente como para reconocer que lo que vemos no siempre es la realidad. De hecho, algunos influencers han llegado a alquilar falsos jets privados (que no vuelan, eso sí) para montar fotos de viajes de lujo. Y aunque parezca ridículo, demuestra lo públicas que se han vuelto nuestras vidas. Las redes sociales nos permiten compartir cuando hacemos cosas grandes e impresionantes, como tomar unas vacaciones internacionales, y cuando hacemos las pequeñas cosas mundanas, como ir al supermercado... y otras personas pueden saberlo. Pueden darle "me gusta" a nuestras fotos, pueden comentar una publicación. Ya no hay que hacer nada en secreto. Cualquier cosa y todo puede ser reconocido y celebrado.

Excepto la maternidad.

Mucho de lo que hacemos como madres se hace en la intimidad de nuestras casas. Calmamos a los niños pequeños que tienen rabietas, alimentamos a los recién nacidos hasta altas horas de la noche y preparamos el desayuno, la comida y la cena en los platos de plástico favoritos de nuestros hijos con sus utensilios preferidos. La mayor parte de lo que hace una madre es un trabajo duro y emocionalmente agotador, y muchas veces sentimos que no lo estamos haciendo bien, lo que no lo hace digno de las redes sociales. Como resultado, las madres pueden sentirse invisibles. El trabajo que hacemos pasa en gran medida desapercibido, incluso para nuestros maridos. Y nuestros hijos probablemente no recordarán los sacrificios que hacemos por ellos durante estos primeros años.

Pero aquí está la buena noticia: hay uno que ve lo que se hace fuera de la vista de todos los demás, y lo recompensará.

Mateo 6 trata de las cosas que Dios quiere que hagamos en secreto: dar a los pobres, orar, ayunar. Aquellos que dan a conocer públicamente que están haciendo estas cosas ya han obtenido su recompensa, pero aquellos que aguantan en silencio, sin fanfarria o reconocimiento público, serán recompensados por su Padre en el cielo.

Para nosotras que trabajamos en la tranquilidad de nuestros hogares, cuidando de nuestros pequeños día tras día con muy poco reconocimiento o alabanza, podemos tomar el estímulo de este verso en Mateo 6: Tu Padre que ve en secreto te recompensará (v. 18, ESV). O, como dice la paráfrasis de The Message, Dios no requiere dispositivos para llamar la atención. No pasará por alto lo que haces; te recompensará bien.

Mamá, aunque nadie más vea o reconozca el arduo trabajo de ser madre, Dios lo ve. Ni una rabieta, ni una comida preparada, ni un acto de servicio para tus hijos pasa desapercibido para Él. Así que sigue perseverando en el difícil trabajo de ser madre, no para recibir elogios públicos, sino para la audiencia de Uno.

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